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Queremos dedicar esta sección a todos los animales que  durante un tiempo han formado parte de nuestra vida y lamentablemente ya nos han dejado, porque mientras los mantengamos vivos en nuestro recuerdo, siempre nos quedará el consuelo de que no se nos han muerto del todo...

En mi recuerdo, cada uno ocupando un espacio y un tiempo, están: Mona, mi primera perra, tan deseada y tan efímera, a la que sólo pude educar por amor y el amor me lo devolvió con creces, Pequitas, la dulce perra que sabía sintaxis y que durante ocho años me trajo en vilo con sus inesperados ataques epilépticos, Leidy mi querida cocker tipo salchicha, tan resultona, que la gente se daba la vuelta a mirarla y ella,.que lo sabía, ejercía de actriz con diversas poses para atraer la atención, y que en el 2.000 me hizo ganar el primer premio de relatos de la R.S.C.E contando sus peripecias, pasando por delante de un conocido veterinario y escritor que también concursaba. ¡Es que Leidy era mucha Leidy para conformarse con un segundo o tercer premio! ! Ella siempre tenía que ser la protagonista principal del reparto. Cuca, la caniche más lista y y más celosa del mundo. También mis gatas: Lili, la siamesa contorsionista y dominante que traía a raya a todos los demás, Pitusina, la otra siamesa, tan tímida y tan limpia, que se posaba en el borde de la bandeja como si fuera un pajarillo, Queen, mi primera persa tricolor, mandona, caprichosa y seductora, pero madre excepcional, Fandy "besinos", la gata que sabía contar y daba el numero exacto de besos que le pedían, Buda, mi persita humo, con su caida de ojos tan lánguida y tan seductora que no había quien se le resistiese, tan tierno, tan caballero y tan galante con las hembras a la hora de montar....,Wendy, un sueño que no llegó a hacerse realidad, Agata, la gata tanguista, siempre agarrada a mí como el bailador de tangos se agarra a su pareja, Bella, tan joven, tan fuerte, tan segura, que aún no me lo puedo creer.... Gladisina, mi primera gata persa crema, sobria , pero eficaz a la hora de criar y educar a sus hijos y a los de las demás, Coco, mi querido macho himalayo, supercariñoso con las personas y excelente montador, Copito Guagua, mi persita himalaya, que era lo más parecido a un ángel en cuanto a físico y a carácter, Viola, la gatita que, unos días antes de que sus hijos saliesen de la caja, metía en ella un calcetín por cada hijo ( ¡Vaya que si los gatos saben contar...!)

 


Y, como no, mi canario Rojillo, que se ponía trinar como un poseso cuando oía mi llave en la cerradura , y su pareja Liberty, que un buen día apareció muerta en el suelo de la jaula en idéntica posición con la que una bailarina pone punto final a una danza clásica entre los aplausos del público...

Este es un ralato anónimo muy extendido por la Red. Existen varias versiones, sobre todo anglosajonas y, como nos ha gustado mucho, hemos elegido la que nos ha parecido mejor para dejárla aquí.

"Justo a este lado del cielo exite un lugar donde hay un puente que une el Cielo y la Tierra, llamado EL PUENTE DEL ARCO IRIS y se llama así porque está hecho con todos los colores del Arco del Señor.

Cuando un animal se muere y ha estado especialmente unido a alguien, aqui en la Tierra, esta mascota cruza el PUENTE DEL ARCO IRIS y se va a un Paraiso lleno de praderas, colinas y valles cubiertos de verde y fresca hierba... Allí nuestros especiales amigos juegan y corretean juntos. El tiempo es agradable y cálido, como de eterna primavera; hay agua fresca y comida en abundancia para que nuestros amigos se sientan a gusto.

Los animales viejos o enfermos recuperan su fortaleza y su juventud de nuevo, tal como nosotros los recordamos en nuestros sueños de días felices que ya se fueron.

 

Allí los animales están felices, contentos, y no les falta de nada, excepto que añoran a esa persona tan especial, que amaron y que un día tuvieron que dejar atrás.

Y, mientras juegan y corretean juntos, llega el día en que uno de ellos, de repente, se detiene y mira a lo lejos: sus ojos, atentos, comienzan a brillar, sus orejas se enderezan, su cuerpo se extremece de ansiedad...

Súbitamente se separa del grupo y volando sobre la verde hierba, sus patas le llevan cada vez más lejos. Es el momento en que TÚ HAS SIDO DIVISADO. Cuando finalmente tú y tu mejor amigo os encontrais, os fundís en un jubiloso abrazo que nunca se volverá a romper: besos de felicidad llueven sobre tu cara, tus manos vuelven a acariciar su amada cabeza y tú, una vez más miras dentro de los sinceros ojos de tu mascota durante tanto tiempo lejos de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón...

Y entonces cruzáis juntos  EL PUENTE DEL ARCO IRIS para no separaros jamás."

Y después de que se nos muere, ¿qué...?

Esta es una especie de carta o e-mail o whatsapp que un perro muerto envía a su dueño para consolarle y darle algunos consejos:

"No llores por mí: me has dado un lugar donde cobijarme, me has proporcionado alimento y sobre todo, me has dado tu amor y tu compañía. Lo último que quisiera ahora es verte sufrir por mí.

Ahora que no estoy contigo no quiero verte triste: Deseo que cuando pienses en mí sonrías, pues así sabré que mi recuerdo te hace feliz.

Quiero que recuerdes los buenos momentos que compartimos, nuestros juegos, nuestras muestras de cariño...

Y , si alguna vez te defraudé o me porté mal, perdóname...

Por favor, no tires mis juguetes ni mi cama,  ni mis cosas. No los vendas, porque en ese mundo hay muchos compañeros que viven solos, tristes y sin cariño. Muchos darían su vida por compartir la tuya...

No, no lo digas: no digas que no quieres tener más animales... Eso me haría pensar que el tiempo que estuviste conmigo no fuiste feliz.

Por favor, que mi muerte no sea en vano; que sirva para que otro tenga la suerte de poder vivir y conocer lo maravillosa que es tu amistad, que descubra la verdadera "vida de perro", que descubra el cariño...

No estés triste. Yo no lo estoy, porque sé que guardas ese rinconcito especial para mí en tu recuerdo..."

                         Aunque a veces no se van del todo...